“Philip Meyer, autor de The Vanishing Newspaper, sostiene que 2043 será el último año de la prensa escrita”.Un dato fuerte y estremecedor para quienes nacieron y han vivido casi toda su vida con la prensa escrita.
Parece lejano e irreal pensar que los paseos típico para comprar el periódico o las esperas del señor gritando en bicicleta ¡el diariiiiio!, sean remplazados por distintos links vía Internet.
Pero tal como el mundo se moderniza la sociedad también, provocando con ello cambios en las demandas, usos y estilos de las personas. No es casualidad que las ventas de los diarios tradicionales vaya cada vez más en picada, ante la preferencia de distintos sitios de información que ofrece Internet. Como tampoco lo es que la mayoría de los lectores de entre 15 y 24 años prefiriendo el acceso a la red.
“The Economist”, también asegura que los medios impresos ya están en vías de extinción y que su fin es cuestión de tiempo. Afirmación que no parece ilógica si analizamos que otros medios importantes a nivel mundial como -El País, El Mundo, ABC, La Razón, La Vanguardia, El Periódico...- cuentan con una edición en Internet, que si bien son un apoyo a la versión impresa, los contenidos se renuevan constantemente siendo un gancho para la gente con ofertas de audio y videos que emiten en el mismo sitio web. Chile no es la excepción, medios como La Tercera, Emol, El Mercurio, LUN y El Mostrador entre otros, siguen el mismo estilo. El caso de este último es rescatable, ya que fue creado como periódico online y con ningún soporte impreso como el resto.
Internet se ha convertido en un medio seductor no sólo para los periódicos y los consumidores, que han implementado el recurso de Reportero digital, incluyendo la participación de los usuarios a través de foros, blogs, posteos. Sino que cada día se posiciona más como un medio atractivo y efectivo para los anuncios publicitarios, quienes han pasando rápidamente a formar parte del negocio de la web.
Sin embargo, hay otros que sostienen que Internet no acabará con los medios tradicionales, pero creen que éstos deben preservar y mejorar la calidad de sus servicios, para mantenerse vigentes. De todos modos, nadie prevé como progresará el mundo de acá a 40 años más ni si la situación de los países más pobres y sub-desarrollados se estabilice, logrando que la revolución de Internet y los periódicos lleguen, de igual forma y cantidad, a todas y todos los lugres del mundo.
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